Hacer más ejercicio, dejar un mal hábito, comer mejor, comprar algo, empezar de nuevo. Los propósitos de año nuevo son una forma de renovar energías para el año venidero, y generar nuevas motivaciones para seguir creciendo en cualquier aspecto de la vida. Sin embargo, datos de la Universidad de Scranton afirman que solo el 8 % de las personas cumplen sus deseos del 1 de enero.
Esto puede deberse a que lo propuesto es difícil de mantener a largo plazo, o no son metas realistas. Así se demuestra en los propósitos más usuales de los mexicanos para este 2025: de acuerdo con datos de Statista, el 67 % busca ahorrar más dinero, el 65 % hacer más ejercicio y el 53 % comer más sano.
Para todos estos objetivos es necesaria la constancia y la planificación. Si bien son alcanzables, en estas épocas el Mtro. Manuel Solís Echeverría, SJ, responsable de Formación Ignaciana de la IBERO Puebla, busca reafirmar un aspecto primordial que se olvida en el Año Nuevo: la gratitud y la apertura a los cambios y el crecimiento en esta nueva etapa.
En sus palabras, hay que buscar el agradecimiento para poder crecer y seguir, esto acompañado de una revisión del pasado: para poder mejorar es necesario preguntarse lo que hace falta cambiar o mejorar en la vida, y agradecer por todos aquellos bienes recibidos en el año que se va.
Consulta la entrevista del Mtro. Manuel Solís Echeverría, SJ.
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